viernes, 30 de julio de 2010

Cap 19



















Cuando los rayos del sol iluminaron mi habitación desperté. Me sentía muy bien. Mi cuerpo estaba cálido y entonces me acordé. Adam. Él se había quedado en mi cuarto dormido conmigo. Un frío sobrenatural invadió mi cuerpo, la calidez se había ido por completo. Volvían a ser los genes vampíricos los que se apoderaban de mi cuerpo. Suspiré. Giré sobre la cama para ver a Adam, pero no estaba. Seguramente ya había bajado a desayunar. Me había quedado dormida con la ropa de ayer, comencé a quitármela y me puse un vestido de verano que casi siempre usaba para estar por casa o ir a la piscina. Era rojo con adornos blancos e iba atado al cuello. Cogí mis sandalias rojas y me las puse, eran cómodas y sencillas, perfectas para estar en casa.                                                     
Bajé por la escaleras y miré en el salón, no había nadie. Seguidamente caminé hacia la cocina, pero Adam tampoco estaba allí. Seguramente había salido a comprar. Abrí la nevera, pero no había nada que me apeteciera comer. Miré el reloj de la cocina, ya eran las diez de la mañana. Me senté en el sofá y encendí la televisión. No había nada interesante que ver, por lo que decidí que lo mejor era apagarla para no gastar luz tontamente. Subí a mi habitación para ordenarlo todo y allí estaba él. En mi cama había un enorme lobo dorado tumbado, y tenía una rosa roja en la boca. En la cama habían varias rosas rojas esparcidas. Le mostré mi mejor sonrisa y besé la frente del lobo, mi lobo. Él se levantó ágilmente de la cama y desapareció por la puerta de mi habitación. Me senté al borde del colchón y cogí una rosa para olerla. El olor de una rosa era sin duda, una de las mejores fragancias del mundo, pero Adam olía mejor. Escuché la puerta de mi habitación chirriar y Adam, en forma humana, entró. Llevaba un pantalón de cuadros negros y blancos, que le llegaba por encima de la rodilla. No tenía puesta la camiseta, y yo lo agradecía en mi interior, porque un cuerpo tan perfecto como el suyo había que lucirlo. Se me caía la baba solo con verlo (no literalmente). Giró sobre si mismo con gracilidad y se fue otra vez de mi habitación. Me levanté para seguirlo pero él se puso en la puerta y me impidió el paso.
-No, tú espera aquí. Yo vendré ahora mismo -asentí como una tonta pues me había quedado paralizada al ver su cuerpo perfecto tan cerca del mío y al sentir su embriagador aliento en mi cara. Bajó las escaleras y yo aproveché la ocasión para hacer la cama y ordenar un poco el cuarto. Levanté las persianas y salí al balcón. Hacía un día precioso, con el sol iluminando el cielo azul y los pájaros cantando felices. Entré en la habitación y cogí las rosas que había en la cama para meterlas en un jarrón con agua. Lo puse sobre la mesita de noche y sentí como unas cálidas manos rodeaban mi cintura. Adam me abrazó y pegó mi espalda a su cuerpo. Apoyó su cabeza en mi hombro y yo giré la mía para mirarlo. Su cara irradiaba felicidad y su sonrisa me hizo sentir como si estuviera en las nubes.
-He preparado el desayuno -susurró a mi oído y su cálido aliento hizo que me estremeciera. Cuando notó que mi cuerpo había temblado cuando me habló, se rió y me apretó más contra su cuerpo. Etrelacé mis dedos con los suyos y él me liberó de su abrazo. Sin separar el abrazo de nuestras manos, bajamos por las escaleras y miré la mesita que había frente al sofá. Un olor llegó a mí. Eran tostadas, churros y chocolate caliente. Miré a Adam y le sonreí. Nos sentamos en el sofá y comenzamos a comer.
-Gracias -dije mientras me aferraba con mis manos a uno de sus musculosos brazos.
-De nada. ¿Te gusta? -preguntó refiriéndose al desayuno.
-Sí, me encanta -asentí con una sonrisa mientras me llevaba a la boca la tostada y después tomé un poco de chocolate caliente. Nos quedamos mirándonos a los ojos durante un tiempo. Estaba tan atrapada en esos ojos verdes que no sabía si habían pasado segundos o horas. Pero el timbre de la puerta sonó y estropeó aquél hermoso momento. Los dos dimos un pequeño respingo porque el sonido de timbre nos había cogido desprevenidos. Me levanté y abrí la puerta de mala gana. ¡Oh, mierda! Era Nico, ya ni siquiera me acordaba de que existía.
-Hola -me saludó con una hermosa sonrisa, pero en ese momento, yo no estaba de muy buen humor y tuve que controlarme para no mandarlo a la mierda.
-Hola ¿querías algo? -pregunté friamente.
-Pues la verdad es que sí, venía a preguntarte si querrías venir a la piscina pública -¿piscina? ¿Había en Chucena piscina? A mi me encantaba bucear y cuando le iba a decir que sí, recordé a Adam. Quería pasar con él todo el tiempo posible.
-Es que yo... -iba a darle una negativa, pero sentí como un brazo cálido recorría mi cintura. Miré a mi derecha y ahí estaba mi ángel.
-¿Quieres que vayamos? -me preguntó Adam mientras apretaba su brazo entorno a mi cintura de forma posesiva.
-Sí, si tu quieres -contesté muy animada. Estaba deseando ir a la piscina.
-Pues entonces vamos. Nico, tú puedes irte ya a la piscina, porque nosotros tardaremos en cambiarnos -dijo de una manera un tanto hostil. Noté su brazo y todo su cuerpo tensarse. Pasé mi mano por su espalda y la metí un poco por debajo de su chaleco, acariciando la parte más baja de su espalda. Se tranquilizó un poco cuando mi piel entró en contacto con la suya.
-Vale, me iré a la piscina. Allí estaré -respondió sin mirar a Adam, sus ojos estaban posados en mí. Se fué y cerré la puerta. Miré a Adam como una asesina y él me devolvió la mirada lleno de remordimiento.
-Lo siento, lo siento -se disculpó con una voz de corderito degollado que me mataba.
Subí las escaleras corriendo y me metí en mi habitación. Busqué en el armario y encontré los bikinis. Tenía varios, pero escogí el que más me gustaba. La parte de arriba era blanca y tenía dibujada en uno de los pechos una nota musical a color negro. La parte de abajo era negra adornada con un cinturón blanco.


Me puse el bikini rápidamente, me miré en el espejo y me quedaba perfecto. Yo no tenía que preocuparme por depilarme, ya que a los vampiros no les crecía el pelo del cuerpo, solo se hacía más largo el de la cabeza. Me fui al baño para peinarme. Cogí el cepillo y desenredé mi pelo. Escuché a Adam saliendo de su habitación y caminando por el pasillo, venía hacia el baño. Dio unos suaves golpes en la puerta.
-¿Puedo pasar? -escuché al otro lado de la puerta.
-Sí -dije finalmente. Entró y se acercó a mí tan rápido que casi ni lo vi.
-Estás guapísima -dijo mientras recorría mi cuerpo con la mirada. Finalmente sus ojos se posaron en los míos.
-Tu también -llevaba un bañador de rayas negras y blancas. No pude evitar sonreir al ver que nuestros gustos eran muy parecidos. Después me quedé mirando su hermoso cuerpo, sus piernas, su rostro perfecto... Me iba a derretir.



-Siento mucho haber tratado así a Nico, pero es que se le cae la baba cuando te mira -¡estaba celoso! ¡Adam estaba celoso de Nico!
-¿Estás celoso de Nico? -le pregunté, aunque sabía que la respuesta era sí.
-Pues sí, lo estoy -admitió.
-Pues no deberías estarlo. Tendrías que confiar en mi. A mi no me gusta él, y además, estoy contigo -sus ojos resplandecieron y me agarró por la cintura para pegar nuestros cuerpos.
-Entonces... ¿Puedo decir que somos novios? -asentí con la cabeza, que estaba apoyada sobre su cáliente y fuerte pecho. Levanté la cara para mirarle. Quería besarle. Deseaba que se repitiera la escena que vivimos en nuestra pradera.
Pasé mi gélida mano por su espalda y con la otra acaricié su pelo castaño. Se separó un poco de mí, lo suficiente para poder posar sus labios sobre los míos. Sus besos eran dulces, pero una llama se prendió dentro de mi cuerpo y me pidió más. Me aferré con una mano a su cuello y con la otra a su pelo y lo atraje hacia mí. Él bajó su mano hasta mis nalgas y con la otra acarició mi cabello. El beso se hizo más y más apasionado. Yo movía mis labios sin control y él parecía estar ardiendo en deseo, al igual que yo. Los dos abrimos nuestras bocas a la vez y nuestras lenguas se juntaron, haciendo brotar nuestra pasión. Me tropecé y nuestros labios se separaron. En seguida volví a recorrer el espacio que había entre nosotros y le besé desenfrenadamente. Mi mano se posó en su trasero y lo atraje hacia mi cuerpo. Sus gemidos hacían que mi pulso se acelerase y que el ritmo del beso aumentara. Gemí de placer cuando sus labios y su lengua recorrieron mi cuello. Estaba hiperventilando y su boca se juntó con la mía. Pasé mis dientes por su labio inferior y después mi lengua y la suya comenzaron a moverse juntas. Adam me empujó delicadamente hacia la pared del baño y aplastó su cuerpo contra el mío. Acercó su rostro al mío lentamente. Su dulce aliento entró por mis fosas nasales y casi me hizo babear. Cuando nuestros labios se rozaron, escuchamos a alguien pegando en la puerta. Su rostro casi se cae a pedazos. Puse mi mano en su barbilla y le obligué a que me mirara a los ojos. Sonreí pícaramente y me acerqué a él para pasar mi lengua por sus dulces y suaves labios.
Sentí un leve temblor en su cuerpo cuando mi lengua rozó su boca. Estábamos los dos muy excitados, pero teníamos que ir a abrir la puerta. Sin decir media palabra, se separó de mí y bajó las escaleras, abrió la puerta y por poco pierde la cordura al ver que el que había llamado era Nico. Bajé todo lo rápida que pude para que no cometiera una locura. Él no soportaba a Nico y menos aún, ahora que nos había interrumpido.
-Estábais tardando y vine por si habíais cambiado de opinión -explicó mirándome de arriba a abajo, Adam tenía razón, parecía un perro cuando ve un buen filete, solo le faltaba babear.
-Estábamos ocupados -me excusé mientras besaba el hombro de Adam y éste se aferró a mi espalda con su brazo. Esperaba que Nico pillara la indirecta. Se había quedado boquiabierto (literalmente). Miraba a Adam con rabia.
-Siento haberos interrumpido -dijo Nico con una voz alegre y triunfante. Ya no me parecía tan guapo y encantador y sus ojos de color miel ya no tenían ningún efecto sobre mí.
-Voy a coger las toallas y nos vamos -subí hasta llegar a mi armario y cogí una toalla negra con un rottweiler dibujado (me encantaban esos perros, siempre había querido tener uno) Me volví  a poner el vestido rojo y blanco que usé por la mañana. Entré en la habitación de Adam y busqué en su armario, había una toalla negra con dibujos blancos, era muy bonita. Cuando tenía las dos toallas, bajé las escaleras y le di la suya a Adam.
-¿No cogéis protector solar? -preguntó Nico frunciendo el ceño. A nosotros no nos afectaba el sol, pero era buena idea para pasar desapercibidos, ya que cualquier humano pálido se habría quemado si no hubiera usado crema protectora.
-Es que como no teníamos pensado ir a la piscina no compramos protector -me excusé.
-Si quieres yo puedo dejarte el mío -dijo refiriéndose solo a mí. Adam seguía callado a mi derecha, supongo que intentando no soltar una bestialidad por su boca.
-Sí, gracias. ¿Nos vamos? -dije de mala gana, se me habían pasado las ganas de ir con Nico a la piscina.
Fuimos hacia la piscina, que estaba muy cerca de mi casa. Ninguno dijimos palabra alguna durante el corto trayecto y el silencio comenzaba a incomodarme. Cuando entramos al recinto de la piscina, nos colocamos bajo una sombrilla y dejamos nuestras toallas a la sombra.
Me quité el vestido y Nico se quedó mirándome como un baboso.
-¿Puedes pasarme el protector solar? -Le pregunté a Nico y éste me pasó la crema. Me la eché en los brazos, las piernas, la cara, el vientre... -Adam, ¿me puedes echar el protector en la espalda?
-Claro, túmbate en la toalla -me tumbé boca abajo sobre su toalla. Adam se echó la crema en las manos y después masajeó mi espalda. Una sensación de calor abordó mi cuerpo cuando sus cálidas manos recorrían mi cuerpo con suma delicadeza. Terminó de extender la crema y me levanté.
Nos dirigimos los tres hacia la piscina, solo estábamos nosotros y el socorrista.

5 comentarios:

  1. OOOOOOOOOOh!!!!! x dios sigue cuando vas a subir el siguiente capitulo???? xfavor q sea pronto plis me encantaaaaaa bsts y espero q siguas pliiiis

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  2. ^^ en cuanto pueda, esque ahora estoy liada con el comienzo de curso :S

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  3. okeyyy da = lo q me eimporta es leerlo claro esta y si quieres pasate x miblogg alguna veez

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  4. Esta buenisimoooo!!!! porfa sube mas capitulos cuando tengas tiempo..
    Mis felicitacines...

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  5. cuanto vas a a tardar q quiero leer el siguiente

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